Inaugurando el mes de febrero de este nuevo año, que se presenta lleno de retos y aprendizajes para la investigación científica, en el edificio 46 del Campus de la Universidad Pablo de Olavide tiene lugar el acto de conmemoración del 75º aniversario de la creación del instituto de investigación científica que allí tiene su sede, el Instituto de la Grasa.
La ocasión merecía la presencia de las figuras más relevantes del panorama científico y académico español, y es que, tal y como expresó la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), muy bien lo ha tenido que hacer este centro para llegar a sus 75 años con honradez, honestidad y un bagaje de experiencia y buenos haceres a sus espaldas.

(De izquierda a derecha) Enrique Martínez, Teresa Serrano, Pedro Fernández, Rosa Menéndez, Francisco Oliva y Margarita Paneque.
Enrique Martínez Force, director del Instituto de la Grasa, daba inicio al acto con un discurso de apertura en el que referenciaba con orgullo la presencia de todos los asistentes. Por orden, tras una breve, pero completa introducción, el director presentaba a la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, la directora general de Transferencia del Conocimiento de la Junta de Andalucía, Teresa Serrano, y Pedro Fernández, delegado del gobierno de España en Andalucía. Este acto de apertura dio paso a la relación de todas las actividades previstas para este año, un 2022 repleto de propuestas que se llevarán a cabo para conmemorar el recorrido y experiencia que ha nacido y se ha consolidado en este centro. Desde su fundación, todas las personas que han pasado por el instituto han contribuido a su prestigio actual, con ganas, coraje, esfuerzo y avances científicos continuados pero satisfactorios.
Enrique Martínez iniciaba así su discurso: “Fue en 1946 cuando la Comisión Técnica Especializada de la Grasa, nombrada por el Patronato Juan de la Cierva del CSIC eleva un estudio y dictamen proponiendo la creación de un instituto especializado. Como ya se recoge en la memoria de los años 1946 y 1947 de la Secretaría General del Consejo Superior de Investigaciones Científicas”.
El Instituto de la Grasa merecía una reivindicación que desembocara en un recordatorio de por qué, tras 75 años de trabajo y dedicación a la investigación, sigue considerándose como “uno de los centros de investigación más seniors y consagrados, pionero en la investigación en el área de los alimentos”, en palabras de la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez.
Por ello, previamente a los discursos protagonizados por las autoridades invitadas, se proyectó un vídeo rescatado de la filmoteca nacional de RTVE sobre el Instituto de la Grasa, que provocó que se dibujara una sonrisa en el rostro de los presentes. Esta inesperada proyección que trasladó el acto a los años 50 y 60 comenzaba así: “un salto en el espacio nos traslada a Sevilla, la admirable capital andaluza. Como la región es aceitunera por excelencia radica aquí el Instituto de la Grasa. En uno de sus laboratorios se practican trabajos sobre el aderezo de la aceituna y se procede a su estabilización por medio de vapores de alcohol” (…) “Las industrias aplican ahora en gran escala el nuevo procedimiento para la fabricación de margarinas, sebos, velas y otros productos, esto es una prueba más de los adelantos de nuestro país en el campo de las aplicaciones prácticas merced a los avances de la moderna ciencia”.
Y, de nuevo, otro salto en el tiempo. Era el espacio perfecto para actualizar la visión institucional del centro con un nuevo vídeo que se hacía público por primera vez. Es cierto que vivimos en el tiempo de la innovación científica por excelencia y sus aplicaciones prácticas e industriales. Dada la tendencia hacia una alimentación saludable y equilibrada, equiparada a un estilo de vida con el que nos sentimos cada día más identificados socialmente, nos presentamos en un escenario global en el que los alimentos vegetales y el aceite de oliva ocupan un lugar esencial. En consonancia con esto, el Instituto de la Grasa cumple un papel clave en el área de la ciencia y tecnología de los alimentos, como referente internacional en el desarrollo de los sectores industriales relacionados con las materias grasas.
La idea transmitida por el vídeo institucional denota vocación por la investigación aplicada, aspecto que el instituto ha demostrado desde el año 1947. Prueba de ello son las plantas piloto con las que cuenta el instituto, instalaciones modernas, laboratorios de última generación o la almazara experimental. “Desde la investigación impulsamos nuevas tecnologías y métodos de análisis para mejorar la calidad y seguridad de los alimentos y reducir el impacto ambiental de los procesos” (…) “Nuestro compromiso con la economía circular nos lleva a impulsar el aprovechamiento de residuos como los subproductos resultantes de la extracción y producción del aceite de oliva”.
Actitudes que tienen como consecuencia directa mejoras en la sostenibilidad y circularidad de la industria agroalimentaria.
Una vez puestos en contexto, las autoridades invitadas procedieron a sus intervenciones, quienes, por orden, dieron voz a los asistentes y a las organizaciones gubernamentales y científicas a las que representaban.

(De izquierda a derecha) Pedro Fernández, Rosa Menéndez y Teresa Serrano.
La directora general de Investigación y Transferencia del Conocimiento de la Junta de Andalucía,
Dña. Teresa Serrano, ponía de manifiesto la importancia de la transmisión del conocimiento, valga la redundancia, para dar valor social y económico al conocimiento científico y contribuir con el progreso social. Además, expuso su compromiso y el del gobierno andaluz para potenciar el papel de Andalucía en este ámbito.
Rigor científico e innovación por parte de este centro que, según Dña. Teresa Serrano, enlaza y se alinea con la idea última de potenciar y ampliar las capacidades del sistema andaluz del conocimiento y su actividad de transferencia. Con el objetivo de conseguir para Andalucía los niveles más altos de eficiencia y competitividad en términos de investigación y contribuir a un entorno innovador que logre una economía basada en el conocimiento.
D. Pedro Fernández, delegado del Gobierno en Andalucía, comenzaba su discurso con entusiasmo y evidenciando la impronta que ha dejado el Instituto de la Grasa desde su creación a escala nacional e internacional. Además, trasladó respeto, apoyo y reconocimiento desde el Gobierno de España.
Nombraba a Margarita Salas, honorable bioquímica firme defensora de la investigación científica, y su máxima de que un país sin investigación es un país sin desarrollo, constatando la vigencia e importancia actual de sus palabras. Posteriormente, puntualizó la obligación por parte de las administraciones y el gobierno de España en particular de implicarse para con el impulso del pacto por la ciencia por mor de que sea la comunidad científica la verdadera beneficiaria.
También hizo alusión a la necesidad de adaptación y reforma de la Ley de la Ciencia, no solamente desde el punto de vista económico, fundamental y esencial, sino también buscando la promoción dentro de la carrera científica, escuchando a las universidades y facultades, profesorado y alumnado.

En el primer acto del 75 aniversario del templo del aceite de oliva, el Instituto de la Grasa, Pedro Fernández reconocía a la comunidad autónoma de Andalucía como la principal exportadora de aceite de oliva y de los derivados de esta irreemplazable grasa vegetal, con lo que ello conlleva para el empleo y la riqueza andaluza.
Finalmente, otra máxima de Margarita Salas ponía la guinda al discurso del delegado del gobierno andaluz, “La ciencia española hace milagros con poca financiación”. Su reivindicación afirmaba la necesidad de revertir esa opinión más que fundada para conseguir una financiación suficiente para retener los tantos talentos que hay en Andalucía y también para atraerlos a nuestra tierra.
Las palabras de la presidenta del CSIC reflejaron la dedicación y esfuerzo que hay detrás de cada uno de los investigadores del instituto, quienes día a día aportan su conocimiento y experiencia al panorama de la ciencia y la tecnología de los alimentos. “Se trata de una investigación aplicada pero basada también en una investigación previa básica de laboratorio, de calidad, para desarrollar nuevo conocimiento y promover su transferencia”, declaraba Rosa Menéndez.
Adaptación y evolución definen a este centro de investigaciones científicas. Según la presidenta del CSIC, ha sido la aparición de nuevas demandas y necesidades en el entorno productivo las que han propiciado el desarrollo de nuevas líneas de investigación que, unidas a las tradicionales, han trasladado resultados al sector agroalimentario.
Con el discurso de Rosa Menéndez finalizaba el primer acto oficial de la conmemoración de los 75 años del Instituto de la Grasa. Cabe destacar que este centro no solo otorga calidad a la innovación científica en el ámbito de la ciencia y la tecnología de los alimentos, sino también a su necesaria divulgación, a la labor de aproximación social que hace para con su conocimiento, que no queda relegado de puertas hacia dentro, sino que pretende llegar a toda la ciudadanía.
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Por Marta Sánchez-Migallón
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