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Más de 30 voluntarios del Instituto de la Grasa acercan la ciencia a cientos de visitantes en FIBES

Acabamos de celebrar edición número 23 de la Feria de la Ciencia en Sevilla, los pasados días 13,14 y 15 de abril en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (FIBES). Con más de un centenar de stands de distintos centros educativos e instituciones científicas, el Instituto de la Grasa volvió a participar con uno propio que le ha permitido divulgar la ciencia en un escenario tan propicio como éste y con un público tan variado y entregado que ha vuelto a batir récord de asistencia en esta edición.

Con más de treinta voluntarios científicos, el Instituto de la Grasa ha podido hacer frente a los tres días para el desarrollo de actividades como cata de aceite, teatro de guiñoles, videos, qué son las grasas, la acidez, la fluorescencia, escribe un mensaje secreto o un mundo invisible que han atraído a centenares de visitantes. Incluso nuestro compañero Víctor Ramos atrajo la atención de decenas de visitantes a través de una microcharla en el Espacio STEAM en la que nos habló sobre el cobre, el metal que nos alimenta y nos conecta. Los voluntarios fueron Víctor Manuel Ramos Muñoz, Cristina Aparicio Moreno, Elio López García, José Manuel Espinosa Vázquez, Verónica Romero Gil, Alejandra Bermúdez Oria, María África Fernández Prior, María Rosa Cert Trujillo, Diego Luis García González, Belén Caballero Guerrero, Mónica Villoslada Valbuena, Antonio Lama Muñoz, Fernando González Fermoso, David Bulnes, Fátima Rubio Senent, Pilar Luaces Muiños, Jose Manuel Cainzos Sánchez, María Manuela Ortega Franqueza, María del Mar Pascual Alfonso, Jesús Espósito Torres, Cinta Martín Medrano, Manuel Hernández Escaño, Paula Vílchez Sánchez, Pablo Mesa Rojas, Gema Muñoz, Ana González, Alicia Sánchez García, Enrique Martínez Force, Javier Sánchez Perona y Guillermo Rodríguez Gutiérrez.

Fueron muchos los visitantes de todas las edades las que recibimos en el stand, y no sólo aprendieron ellos, sino nosotros también, a través de ellos y de poder visitar a otros stands. Fue increíble volver a ver a los más peques, y no tan peques, sorprenderse por lo que veían, por la ilusión que mostraban y ese interés que les mantenía los ojos abiertos como platos y que nos ha vuelto a hacer sentir importantes. Porque no hay nada más importante que el poder enseñar a quienes quieren aprender.

Desde la ciencia debemos agradecer este tipo de foros que nos permiten acercarnos a todos, bañarnos de la ilusión de los asistentes y disfrutar también de buenos ratos con nuestros compañeros. El esfuerzo merece la pena si la recompensa es sincera, gracias también a todos los voluntarios que lo hacen posible.

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